martes, 28 de agosto de 2012

Capitulo-4: pelirroja.

Hacia bastante tiempo que la mayoría de los soldados alemanes se habían ido. Apenas quedaban dos o tres. El incondicional Gunther, que ya iba por su sexta copa de vino. Ese era uno de los soldados más jóvenes pero de los más antiguos. Estaba con unos que ella no se acordaba del nombre. De todas formas le daba igual, no habían mostrado ningún tipo de interés en ella. Y también seguía allí aquel soldado tan extraño, Mathias. Parecía completamente distraído de todo lo que allí se encontraba. Apenas había tocado su copa. Aisha sacudió su larga melena pelirroja a la vez que terminaba de guardar los últimos platos. Hoy le tocaba cerrar a ella la taberna, su hermano había ido a jugar al fútbol. Sonrió. Su hermano era de las pocas personas a las que tenía cariño. No había día que no quisiera irse de aquella ciudad y escaparse de la guerra. Pero no podía, la respuesta estaba en aquel colgante en forma de estrella de seis puntas que colgaba en su pecho. No se lo había dicho a nadie. Era su secreto. Colocó el último plato en la repisa y cerro la ventana. -Ya está cerrado- Dijo dando una palmada. El nuevo se levantó haciendo un amago de irse, pero Gunther le agarró por el brazo. -De aquí no nos largamos hasta que nosotros digamos ¿No pelirroja?- Le dijo Gunther tambaleandose. Aisha sabía que lo mejor era no forzar las cosas, y menos cuando estaban borrachos. Así que optó por el plan B. Sonrió dulcemente mientras se acercó a él. -Pues claro que sí- Dijo ella rozando a propósito sus hombros. Sintió como al soldado le recorrió un escalofrio y sonrió. Nunca fallaba con ese. Lo tenía perfectamente atado. -Bueno bueno, ya os podéis iros, yo me quedaré aquí un rato más- Dijo el general. Aisha maldijo para sus adentros. Sabia lo que él quería. Los soldados empezaron a irse soltando gritos al general al alemán. Aisha dedujo que lo animaban y vitoreaban. Mathias les dirigió una mirada estupefacta pero se fue lentamente. Y se quedaron a solas.

domingo, 5 de agosto de 2012

Capítulo 3: Mathias

Un día más, como todos hasta ahora, Mathias fue a la taberna que había cerca del cuartel. Ese bar era la segunda casa de los policías alemanes destinados en Brest, se pasaban todo su tiempo libre allí bebiendo e insultando a todo aquello que oliese a francés.
Mathias se desinhibía, su cuerpo estaba en la taberna, pero su cabeza estaba en otro sitio, en todos los sitios en los que le gustaría estar, en su Brandemburgo natal, en una playa en España, en Venecia... tenía ambición por conocer mundo, pero el deber le ataba.
De pronto, mientras pensaba en todo lo antes nombrado, se le acercó una muchacha pelirroja, su cara le era extraña, nunca la había visto pulular por el bar.
- Hola, me llamo Aisha - le dijo con desparpajo - nunca te había visto por aquí, ¿como te llamas?
Mathias se sintió extrañado, sin ton ni son esa chica le había abordado con una sorprendente facilidad, no sabía que responder. Sabía que sus compañeros le estaban mirando, esperaban una bravuconada contra la que ellos consideraban "asquerosa francesa", pero Mathias no era así, en realidad esa chica le había impresionado, le había gustado.
Mientras se debatía entre decir lo que pensaba o lo que los demás pensaban que debería decir, se quedó embobado, simplemente observando a Aisha. Ella, conocedora de lo que pensaba Mathias, volvió a hablar.
- ¿No serás mudo verdad? - sonrió -
- Eeeeh, perdón, estaba pensando en otras cosas, me llamo Mathias, ¿Qué es lo que quieres? - Respondió intentando ser borde, pero sin conseguirlo-
- Mathias, bonito nombre, ¿te gustaría quedar algún día?, ¿eres nuevo por aquí no? ¡te enseñaré la ciudad y sus secretos!
En ese momento, Mathias se dio cuenta de que sus compañeros hacía tiempo que no prestaban atención a su conversación, se apartó un poco del grupo para hablar, se sentía mas libre.
- De acuerdo, cuando tu quieras, estaré encantado.
Entonces Aisha le guiño el ojo y se alejó contoneándose. Mientras  volvía a sus labores, Mathias se fijó mas fijamente en ella, le gustaba, no podía parar de observarla, ya no había marcha atrás.

martes, 10 de julio de 2012

Capítulo-2: Aisha

Brest, 20 de Septiembre de 1940, taberna de los Neveau. 
Una suave brisa marina entraba por la gran ventana de la cocina, alborotando los largos rizos pelirrojos de Aisha. Ella volvió a mirar por la ventana de nuevo, y suspiró. A pesar de tener 19 años, jamás había salido de ese pequeño pueblo. No es que ambicionara gran cosa, pero sí tenía curiosidad por saber como era el mundo. Siguió limpiando los platos que tenía entre las manos, cuando un alboroto de fuera le llamó la atención. 
 -¿Qué pasa Michael?- Le preguntó al muchacho moreno que se encargaba de atender a los clientes. Él la miró, como sí no hubiera reparado en su presencia. 
-Nada, tonterías de los alemanes- Suspiró su hermano. Ella le acarició el pelo con una sonrisa. A pesar de tener sólo 14 años, él ya le había superado en altura. Aunque eso no era difícil. Con una sonrisa se volvió hacia la cocina, cuando algo le llamó la atención. Un individuo entraba por la puerta. Era rubio y alto. Alemán, claramente. Los alemanes sentados en una esquina le aclamaron, por lo que sería una nueva adquisición del asqueroso ejército nazi. Le miró un momento. Para ser alemán no parecía muy animado, al contrario que sus compañeros, que cantaban en voz alta alguna grosera canción alemana. Ella se dio la vuelta. Sería por el cambio de temperatura. O alguna indigestión. O por el viaje. Fuera lo que fuera, le daba igual. Se recogió el largo pelo en una cola y continuó su labor lavando los platos. Mientras lavaba los platos seguía dándole vueltas a su futuro. ¿Qué iba a hacer ella? ¿Iba a continuar trabajando en aquella taberna? Por ahora les iba bien, pero ¿que sería de ella y su hermano cuando su madre muriera? En verdad, para eso quedaba poco. La enfermedad que el médico calificó de “cáncer” iba ganando terreno día a día. Sus oscuros ojos rasgados miraron perezosamente a un pájaro cantar en el árbol próximo. Por ahora les iba bien, entre los pequeños ahorrillos que ganaba ella gracias a los alemanes y la taberna. Suspiró levemente. El nuevo tenía pinta de rico, a lo mejor le podría sacar más dinero a él, quien sabe. Dejó el trapo encima de la mesa y se acercó a susurrarle algo a su hermano. Sonrió. No dudaba de sus habilidades. Y con una pícara sonrisa se fue acercando a los alemanes que allí se encontraban.

viernes, 29 de junio de 2012

Capítulo-1:Antes de que los recuerdos sean recuerdos

Brandemburgo, 11 de septiembre de 1940, residencia familiar de los Tecker. 
 Una voz potente y firme despierta a Mathias, que descansaba en su habitación. “Ha llegado una carta para ti, –le dijo su padre – te redestinan” Mathias cogió la carta con suavidad, y la abrió de forma nerviosa, expectante. “Brest, Francia” le dijo a su padre con una voz entrecortada. Hacía 5 meses que Francía había sido conquistada por la Alemania nazi y estaban poblando aquella zona con ejército y policía alemana. Mathias era miembro de la Gestapo, la policía secreta alemana, encargada de detener o asesinar a todo aquel que pudiese ser contrario al régimen. Mathias odiaba su trabajo, porque no le gustaba matar gente inocente solo por su forma de pensar, incluso porque él no estaba de acuerdo con algunas ideas del régimen y pensaba que todas esas personas a las que detenían y torturaban eran como él, se identificaba en ellos. Trabajaba allí por su padre, veterano de la primera guerra mundial que combatió junto a Hitler en el frente francés, él le obligó a ser quién no quería ser, sino quien él quería que fuese. “Que no te abduzcan los franceses, esos solo saben beber vino y fornicar como guarros” dijo su padre, y a continuación salió de la habitación bravuconeando y soltando toda clase de insultos hacia los franceses. Mathias se quedó media hora observando la carta, había oído hablar de Brest, una ciudad al noroeste de Francia, con playa…. ¿su vida sería diferente allí, o sería la misma pero en otro sitio? Lo que él no sabía, es que su vida iba a dar un vuelco allí, en la acogedora Brest…

Holaaaaap :D

Hola a todos los futuros lectores de este blog (espero que seáis mucho jejejejeje), soy paco, el novio de ana "anteriormente aniitasmiiley" y voy a colaborar en esta gran historia que estamos cocinando entre bambalinas.
Yo, por mi parte voy a aportar sobre todo datos históricos y pretendo desarrollar mi capacidad creativa para hacer una historia que os sea interesante.
Bueno, nos seguiremos leyendo, un saludo! :D

Helouses

Buenaaaaaaaaaas^^
Pues aquí yo, Ana , anteriormente Aniitasmiiley, que me toca poner la primera entrada. Es más que nada un saludo, ya que estamos a la una menos cuarto de la madrugada y no es plan de enrollarse mucho.
Pues nada, decirte que entre mi novio y yo vamos a escribir una historia ambientada en la primera guerra mundial, exactamente en otoño de 1940 :D
Sólo pasarme a saludar, besetes ^^